Desde que poblamos el planeta las especies tuvieron que ser creativas para sobrevivir en este mundo, nuestra especie en especial tiene muchos dones que le fueron otorgados o adquiridos. Los humanos somos capaces de llegar a lugares inimaginables con nuestra mente, las posibilidades son infinitas y sin límites, sin embargo, desde hace algún tiempo hemos sido limitados por un sistema violento que nos impone vivir bajos en energía, siendo esclavos de otros, presos de la rutina y la violencia en todos sus sentidos, siendo parte de la corrupción, justificando y excusándonos de cada acción, presos de nuestra mente y ciegos desesperados por un consumo innecesario y desmesurado, por la publicidad invasiva en nuestras vidas que nos hace sentir que es la única manera de vivir en esta sociedad.
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Hemos cambiado la posibilidad de disponer de nuestro tiempo, por tener dinero, cientos de generaciones han dedicado su vida a trabajar sin saber ¿por qué? o ¿para qué?, solo importa el valor monetario que te den por eso y por ende nos han explotado toda la vida para el beneficio de unos pocos. Pero también siempre hemos existido los que nos resistimos a vivir de esta forma incoherente, los que buscamos la forma de activar nuestros sentidos, nuestra conciencia, de vivir en paz y armonía respetando al otro, al diferente, a todo ser que convive en este planeta. Los artistas no “trabajamos”, nuestra pasión no cabe en esa palabra que proviene de sufrir, lo que hacemos tampoco es un pasatiempo, es nuestra manera de vivir, buscando la forma de apelar a los sentidos, a la reflexión, al cambio positivo, nuestra forma de aportar un nuevo rumbo a la humanidad.
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El Festival Sensorial Interactivo nace desde esa rebeldía y de la necesidad de buscar espacios independientes con otras condiciones a las impuestas por la industria cultural, para crear una plataforma donde varios artistas pueden expresarse a través de sus obras innovadoras, no comerciales o simplemente experimentales y, de esta forma fortalecer una red que nos permita continuar haciéndolo permanentemente y a su vez seguir articulando las distintas disciplinas existentes (y por surgir), para crear obras más grandes y multidisciplinarias, sin tener que depender de la hegemonía cultural elitista que decide que es arte y cuanto vale.
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En esta segunda edición del festival, brindamos 5 días de arte sensorial e interactivo, hubo 16 funciones con la participación de 60 artistas en escena. 4 obras de Confundamiento, 4 experiencias nacionales y 2 extranjeras de otros artistas seleccionados bajo convocatoria pública. La casa estuvo siempre llena, compartiendo el arte con más de 600 personas que se hicieron presente en el FSI. Además, esta edición del Festival tenía la particularidad de ser a la gorra (entrada libre con aporte voluntario al final), fue una decisión a la cual se llegó con el objetivo de poder compartir un festival a personas que generalmente no tienen acceso a este tipo de arte. Para nosotros el arte es invaluable, y en esta ocasión, nosotros valoramos las posibilidades económicas de cada un@. Si puedes aportas y valoras el trabajo de los artistas y si no puedes o no sabes valorar  el trabajo de los artistas, eres igualmente bienvenido y nosotros te invitamos.
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La gorra nos dejó un “valor” muy simbólico (incluso en algunas monedas extranjeras), poco fue lo recaudado económicamente, pero en realidad el Festival nos dejó mucho más de lo que esperábamos; nos mostró una cantidad de seres humanos revolucionando el mundo a través del arte, nos dejó a una nueva familia (El Utero) con la que trabajamos codo a codo para que sea una experiencia de calidad. Nos deja las palabras conmocionadas de la gente, los agradecimientos, las lágrimas infrenables, los abrazos, los viajes infinitos y la satisfacción de afectar al otro a través de la sutilidad de los sentidos, nos deja la alegría de poder transformar por un momento el Kaos en Armonía.
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GRACIAS al público de QUITO por demostrarnos que vale la pena cada esfuerzo que hacemos, seguir adelante con nuestros experimentos, creyendo en lo que hacemos y confiando plenamente en nuestras propuestas. Gracias por permitirse como seres humanos experimentar, descubrir y arriesgarse a vivir nuevas formas de vivir el arte, fue un placer verles entrar y salir de una a otra sala como niñ@s, descubriendo un nuevo mundo mágico, fue hermoso ver como cada persona fue participando sin saber a qué se metía y al final salir extasiad@s, inspirad@s o afectad@s de cada propuesta.
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Todo esto no sería posible sin l@s artistas que se arriesgaron a confiar en esta producción que más que recursos tenía ganas y voluntad. Intentamos mantener una organización al 100% sin fallos ni cambios y brindarles la atención que se merecían, pero inevitablemente como todos los mortales cometimos errores de los cuales aprendimos para futuras ocasiones, aunque creemos que, como artistas creativos y flexibles, dadas las condiciones logramos sobrepasar los obstáculos e imprevistos conjuntamente y sin mayores problemas. Ahora quedamos expectantes de las próximas alianzas que formaremos para seguir creciendo y aprendiendo mutuamente.
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También queremos agradecer a nuestra nueva familia de El Útero, que a lo largo de un año desde su fundación nos hemos ido conociendo, valorando y apoyando mutuamente en cada presentación que hemos realizado en su hermoso espacio que no para de crecer gracias a su esfuerzo y toda la onda que le meten. Esta vez ha sido un enorme placer trabajar en conjunto con ustedes, su apoyo, su voluntad y buena onda para resolver la logística y la enorme paciencia de ver como transformamos y okupamos su espacio durante 5 días. Literalmente nos sentimos como en casa. ¡MUCHAS GRACIAS POR TODO AMIGXS!
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Quedamos muy content@s con todo lo aprendido, hermoso haber podido compartir tantas experiencias, charlar con todos los artistas, disfrutar de varios momentos especiales en este festival y sentir que nuestro objetivo sobre pasó las expectativas propias y ajenas. El Festival deja en evidencia que en el país se desarrollan continuamente nuevas propuestas independientes y autogestionadas, que no se ven o que no salen a la luz porque en muchas ocasiones no somos panas estratégicos de algún funcionario o medio de comunicación, de los organizadores o no se pertenece al “círculo de elite cultural” consagrado por los mismos. El festival muestra la necesidad de crear espacios independientes sin costo de entrada financiados por nuestros impuestos. El festival nos demuestra y permite exigir a los gobiernos de turno que se invierta más en arte, no estamos pidiendo un favor, no estamos pidiendo ayuda, EXIGIMOS que se invierta un mayor porcentaje en los espacios culturales independientes, en los gestores culturales y artistas independientes autogestionados.
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Desde que se fundó Confundamiento hace poco más de 5 años, hemos intentado por todos los medios llamar la atención y aplicar a las convocatorias de las instituciones públicas para que estas experiencias puedan ser accesibles a todo público. Nosotros no creemos en la GRATUIDAD del arte, pues nada es gratuito, aunque parezca que lo sea porque lo comunican erróneamente. Todo lo que el estado hace “gratis” en realidad esta financiado con los impuestos que nos obligan a pagar, así que la entrada ya fue pagada, asista o no al evento “gratuito”. Pero esos impuestos podrían servir para algo más útil que si beneficie al pueblo, no a través de entretenimiento masivo sin contenido positivo, creativo o inspirador. Cada vez está más claro que el país necesita más artistas y menos asambleístas y concejales, no más lujos desmesurados, no más carros y choferes para cada burócrata, no más banquetes y viajes innecesarios para hacer lobbing en nombre del pueblo (que ni se imagina como le afecta a futuro), no queremos más invasión de empresas extranjeras que solo vienen a saquear nuestro sustento de vida y matar a nuestros hermanos. Queremos poder vivir en paz en nuestra tierra en la que nacimos en conjunto con nuestros vecinos y hermanos latinoamericanos. Las guerras las provocan los de arriba, pero las pagamos y peleamos los de abajo; ya es hora de que boicoteemos su sistema y que paguen y se peleen entre ellos, nosotros debemos seguir nuestro propio camino creativo de paz y armonía con nuestro entorno como seres humanos que vinimos a este planeta a vivir y crear, no a imponer y destruir.
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Somos testigos de cómo se gasta todo el presupuesto de cultura en eventos y producciones masivas que carecen de contenido constructivo y más bien dejan mensajes misóginos, violentos, vacíos o peor aún con fines políticos. Nos dejan de lado a much@s artistas que proponemos alternativas válidas, interesantes e incluso con mayor calidad.
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Este festival ha demostrado que nuestras obras deben ser valoradas como los alimentos “orgánicos”, más caros por su escasez, tiempo y esfuerzo en realizarse para llegar al ser humano. Nuestro arte no es copy/paste, no es transgénico ni toxico, es originario de cada corazón de l@s artistas que participan en él y siempre lo compartimos con amor.
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Quisiéramos llamar la atención una vez más al Ministerio de Cultura, Secretaría de Cultura de Quito, Fundaciones públicas de Teatros o Museos nacionales y municipales, Medios de Comunicación en general, para su futura cooperación para que esto siga creciendo. Es su obligación difundir, fomentar y trabajar articuladamente con las personas que crean espacios de reflexión a través de otros tipos de arte que están fuera del circuito comercial. Hacemos el llamado a que por una vez cumplan con la vocación que quizás algún día tuvieron eligiendo ese puesto de trabajo; no piensen en ustedes, piensen en lo que mucha gente necesita, busca y encuentra en los espacios que nosotros (a nuestra costa) y con todo corazón brindamos al público.
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Entiendan, que nuestro arte muchas veces no cabe en los formularios de sus convocatorias, ni en la comprensión de jurados cerrados a lo clásico, de moda, repetitivo, teórico y elitista, tampoco rinde para campaña mediática porque no usamos nuestro arte para vender ideas ajenas. No porque seamos especiales, sino porque estamos proponiendo cambiar las formas de hacerlo. Hacemos un llamado a que intenten dejar de promover más violencia, pesimismo, mala vibra, entretenimiento basura o vacío, empiecen a velar por el arte que genera algo positivo en la sociedad, no solo rentabilidad, sino conciencia. Entiendan que al final será mucho más rentable si es que queremos seguir viviendo como sociedad.
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Un agradecimiento especial a las personas y colectivos que nos ayudarón para dentro de sus posibilidades para que este festival se llevara a cabo (Casa Mitómana, Invernadero Cultural​, Patricio Ortiz​, Camila Velasco​, Beto Noboa Gomez​) y también queremos agradecer a los pocos espacios públicos que últimamente cuentan con gestores culturales, que si se han atrevido a vivir nuestras propuestas y ahora nos abren las puertas para poder compartir nuestro arte en esos espacios.
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Esperamos poder contar con su presencia en las próximas ediciones que haremos de este festival y otras presentaciones que brindaremos en distintos lugares del país.
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La verdadera revolución será de los artistas. El Festival nos mostró como una cantidad de jóvenes puede llegar a revolucionar el mundo a través del arte, generando conciencia, empatía, buena vibra y uniendo mentes con un propósito común y positivo. ¡Vamos por más arte sensorial interactivo!
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CONFUNDAMIENTO